Con caminar distinguido y paso firme, Willy se sienta en la silla, mira hacia la puerta de su casa, un rayo de sol le incomoda la vista, vuelve la mirada y dice: “no siempre el que está siendo juzgado está de acuerdo en ser juzgado, porque a lo mejor él cree que lo que hizo está bien, pero como sabemos que la voz de la mayoría es la que finalmente gana, porque vox populi es vox dei”.
Así relata Willy el surgimiento del nombre en latín de la banda… la voz del pueblo.
Si bien la popularidad de Willy fue con Vox Dei, tuvo sus inicios en el folclore argentino con el conjunto los Chúcaros a la edad de 18 años. Con el paso del tiempo, hubo un antes y un después en la vida del artista, la aparición de The Beatles. Fue una de las bandas más inspiradoras para el joven Willy junto con Elvis Presly, y The Rolling Stone entre otros.
“Mi primera guitarra se la compré a un personaje muy bebedor en un bar, y me costó el valor de una botella de vino de baja calidad… era de lo peor”, comenta Willy riéndose.
En los comienzos de la banda sus canciones eran en inglés, pero poco a poco se dieron cuenta que la mayoría de la gente no entendía sus letras, hasta que un día en un recital, Luis Alberto Spinetta les dijo: “la banda suena fenómeno, pero no entiendo como cantan en inglés, teniendo todo un idioma a disposición”. Las palabras del “Flaco” fueron acertadas y aceptadas.
Willy Quiroga compuso muchas canciones en la época de la dictadura militar, cuando la censura y el destierro eran moneda corriente.
¿En qué te inspiraste para escribir la letra “es una nube no hay duda”?
“Las ideas son las nubes. Era la época de los militares, ellos tenían la pretensión de que uno hablara, pensara y se vistiera como ellos lo hacían, ambicionando tener un mandato divino. Entonces yo aproveché para decir en la canción `sí, lo hice atrape una nube´… era una locura. Decir que tenía derechos, teníamos derechos a pensar de una manera sutil para no ser censurados. Porque ellos censuraban todo lo que hablaba de libertad y de justicia. Entonces el cierre de la canción dice ` y sin embargo lo hice atrape una nube, en una jaula de alambres, y además si me da la gana me lo creo´ como diciendo ¡yo tengo derecho a pensar lo que quiera!”.
Willy no pasó la mejor época del país con la dictadura militar, pero sin embargo siempre se mantuvo firme ante la adversidad, y sobre todo a sus ideales. En el programa televisivo “Sábado Bus” fue invitado y aprovechando la ocasión, Willy señaló el derecho de los artistas como trabajadores de las artes: “Los músicos son profesionales, el hecho de ser músico para esta sociedad no tiene la validez de ser un profesional. Otro tema es que las bandas jóvenes que no son conocidas tienen que pagar para tocar, sería como si un médico tuviera que pagar para atender a un paciente, es una cosa de locos. Entonces los reclamos pasan por ahí, por una ley nacional que proteja a los músicos tanto como protege a otros profesionales”, manifiesta motivado Willy.
En 45 años de carrera como músico, Willy Quiroga tuvo un sin fin de anécdotas interesantísimas vividas. Es un hombre grande que lleva tras de sí una gran carrera, pero uno de los acontecimientos que más impactó en su vida, fue en un recital que dieron:
-¡Que prendan las luces, que prendan las luces, para que Vox Dei vea a su gente! Si había tres grandes bandas en la Argentina hoy se acaba de agregar una más. ¿Les pedimos otro tema?, dijo el presentador.
-¡Sí!-, respondió la gente exaltada
“Y ahí tocamos presente, fue una locura, una locura maravillosa. Y bueno, finalmente ese tema se convirtió en lo que es hoy, un himno. Son anécdotas, son cosas que me pasaron y no las voy a olvidar jamás”, comenta Willy muy emocionado.
Por último, ¿cuál es la situación actual de Vox Dei?
“Es muy auspiciosa. Vox Dei llegó a cumplir 45 años. El año pasado en noviembre, hicimos una gira por España, nos fue muy bien. La semana pasada hicimos muchos shows en toda la Patagonia. Tenemos la suerte que la gente nos apoya, y bueno nosotros que seguimos trabajando con dedicación y con mucho respeto por las letras que hacemos. Hoy en día tenemos cuatro generaciones que nos siguen, eso es muy importante, estamos muy agradecidos a la vida por todo lo que nos dio, Vox Dei está activo y el espíritu de Vox Dei está presente”.
En la sala entró la perra querida de Willy, al abrir la puerta el sol iluminó toda la habitación, Willy la acaricia dulcemente y con sus casi dos metros de alto, cierra la puerta.
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