Emiliano Ezcurra es el director del Banco de Bosques
y un ambientalista obsesionado por su
cuidado. En una confitería de Belgrano de la que es un cliente habitual contó
sobre su formación, cómo nació el Banco de Bosques, su paso por Greenpeace, su
vida y sus expectativas para el futuro.
Por Melisa Brenda Peralta

El color verde
está constantemente presente en la vida de Emiliano Ezcurra. Desde el color de
su camisa hasta en la marca de té que
toma. No sabe por qué los bosques lo apasionan tanto, pero sabe que sin ellos
la vida sería demasiado complicada
dentro de un par de años.
Su vida como
ambientalista empezó de muy chico cuando tenía 14 años. Leyendo una
revista donde vio el anuncio de
Greenpeace, donde encontraría su lugar durante
más de 20 años, organizando campañas, trabajo que dejó cuando decidió
que el verdadero esfuerzo se realiza en el campo y no en una oficina. A la hora
de elegir su mejor experiencia en la organización duda pero responde de
forma firme: “la experiencia a la Antártida. Fue muy enriquecedora fue la
primera expedición para documentar impactos del cambio climático. Estuvimos un
mes y medio en el hielo. La otra es el
trabajo en la provincia de Salta con las comunidades Wichi en los
bosques chaco-salteños y el Chaco Semiárido que es mi verdadera pasión. Me
marcaron de tal manera que si armé Banco de Bosques fue por eso.”
Así es como
Emiliano explica el nacimiento de la fundación Banco de Bosques de la que es
director. La principal tarea de la organización es la compra de bosques nativos
en riesgo, por medio de pequeños, medianos y grandes aportes. Con el fin de
crear parques nacionales.
Esta
organización trabaja con un sistema geo-referencial que permite que muchas
personas interesadas formen parte del proyecto. Entrando al sitio
Bancodebosques.org tiene la posibilidad
de elegir en la grilla del google earth la cantidad de metros cuadrados
que se quieren proteger. También gran
cantidad de tierras fueron adquiridas a través del dinero que se obtuvo por la
venta de botellas plásticas que la gente dona
desde hace 7 meses.
“Banco de
Bosques es una organización chica y queremos que siga así, es un proyecto
hiperdigital. Queremos un staff chico y un crecimiento en términos de metros
cuadrados mensuales; porque tener mucho staff se come demasiado dinero que se
podría utilizar para la compra de hectáreas”
En este
momento, sus proyectos se centran en La Fidelidad, en Chaco y Formosa, y consisten
en crear el primer parque nacional a través de donaciones. También posee la
iniciativa de Caa Pora, en Misiones, un proyecto de selva misionera en una zona
de caza furtiva de Yaguareté entre otras especies.
Dejando de
lado su titulo de Ciencias Políticas, al obtener el puesto de diplomático en el
grupo de loguista de Greenpeace, no está arrepentido del cambio:
“Si volviera a
nacer volvería a elegir lo mismo, no
cambiaria nada.”
¿Cómo supo que
esto era lo que quería para su vida?
-Las pasiones
nose razonan, se sienten. Nose por que me gusta trabajar con bosques. Cuando
estaba en un centro de capacitación en Estados Unidos vi un cartel que decía: “Bosques
donde vive tu otro yo”. Creo que los bosques me retractan a mi niñez, me siento
como un niño cuando estoy en el bosque. Me da una felicidad enorme.
Ezcurra espera
que para dentro de unos años se donen 20 hectáreas de tierras por hora que equivalen
al tamaño de una cancha de futbol y no su destrucción. Aunque se cuente con el
apoyo necesario de parte de gobernantes y grandes empresas no alcanza.
“Cuando
llegamos a una empresa o gobernantes tratamos de ser lo más convincentes
posible. Convencimos a Villavicencio para sumarse a la campaña “Una reserva por
más reservas”, que generó la mayor
donación de metros cuadrados en la historia de Banco de Bosques.”
Según Emiliano,
la idea para que se genere el cambio es la creación de empresas sustentables,
donde el empleo y los ingresos se
produzcan sin destruir los bosques. Este
conocimiento fue generado por organizaciones como Greenpeace durante los
años 90.
“En la
economía del siglo XXI es importante mantener el activismo de las
organizaciones y trabajo de campo. Un trabajo que nadie está realizando. Es hora que los ecologistas tengamos
que convertirnos en economistas verdes”, expresa el director del Bando de Bosques.
No hay comentarios:
Publicar un comentario