Julián
Feler, payamédico de vocación, cuenta sus experiencias vividas en esta
actividad que ayuda a cientos de personas en un hospital. Además habla de lo
muy importante que son los valores.
Por Nicolás Cáseres
Tres de la tarde de un día lunes. Un grupo de personas se juntan en la puerta
del hospital Dr. José Ramos Mejía, ubicado en el barrio de Balvanera, ciudad de
Buenos Aires. Se saludan, abrazan, cuentan anécdotas y esperan que la referente
del día guarde su bicicleta en el estacionamiento. Julián Feler, payamédico
desde hace 4 años, hace un año que realiza su actividad en “el Ramos”, les
cuenta a sus compañeros lo muy difícil que resultó conseguir su nueva
vestimenta, ya que la anterior se la han robado en la ciudad de La Plata hace pocos
meses. Con sus mochilas muy pesadas llegan a un cuarto donde se cambiaran y se
transforman en clown. "Con el payaso sacas tu personalidad de cuando eras
chiquito y no pierdes tu niño interior", así es como Julián define la
técnica teatral que utilizan los payamédicos para brindar un segundo de
distracción, que hace
feliz a las personas que se encuentran dentro de un hospital.
Payamédicos es una asociación civil sin fines de lucro fundado en el año 2002 por el Dr. José Pellucchi médico Psiquiatra, especialista en terapia intensiva, ecografísta, clown, actor, director de arte. Payamédicos tiene origen en el país, desde el año 1992 cuando José utilizó la experiencia del teatro como prevención de la salud y la traslado para sus pacientes, ya que es un médico profesional, de terapia intensiva de un sanatorio. Como resultado de sus prácticas se comprobó que los pacientes mejoraron su estado de ánimo que resuló muy importante para la recuperación de sus enfermedades, según los médicos. El objetivo principal de esta ONG es contribuir la salud emocional del paciente que se encuentra en estado de internación en un hospital.
"Empieza la fiesta paya", así es como Roque ,nombre de identidad paya de Feler, con una indumentaria conformada por una zapatillas de colores pintadas por él, un jogging verde que combina con su sombrero, una camisa amarilla que representa energía, el sol y su herramienta esencial la nariz roja queda vida al clown, describe la labor de su grupo paya esa tarde en el hospital, en la cual "platillo, platillo, redoblante, cascabel y pie" es el instrumento de la banda musical y "el baile del cosaco[...] y las 15 sonrisas ja, je ,ji ,jo ,ju" representan el vínculo generado entre paciente, payas y personal hospitalario. En el cierre de la intervención un paciente dice que "un 11 sobre 10 es la calificación de la alegría que produce la visita de los payamédicos, esta tarde".
Al dejar su nariz paya en el buenetín, Roque vuelve a ser Julián y cuenta qué el es payamédico gracias a sus dos grandes pasiones: la salud y el circo. Relata que desde los 11 años hace circo, actualmente tiene 23, y que si bien ahora lo dejó de lado, ya que hace dos años abandonó el circo Cúspide donde él trabajaba, siempre se da algún gustito de hacer una función con sus amigos del grupo “Quiero Vale cuatro”. Y gracias a la salud porque cuando el cursaba segundo año de psicología conoció por un e-mail, que le envió un amigo de él, a los payamédicos. Con lo cual siente que puede combinar sus dos grandes amores, además de ayudar a gente que lo necesita que es algo esencial para él en esta vida. Cuenta que gracias a payamédicos viajo a Perú, a la selva amazónica, a un congreso de clown organizado por Patch Adamas con quien trabajó unos proyectos en Perú. "Mi viaje a Perú fue un encuentro cultural de clown de todo el mundo y te dijo cultura por qué vas a conocer como se manejan en otros países y vas a conocer otras asociaciones por lo cual se produce un cambio cultural [...] Aparte de ir trabajar es un poco de formación ", describió Julián su experiencia en Perú y cuenta que en algún momento de su vida le gustaría ir a vivir ahí. Feler también detalla qué para ser payamédico no se necesita ser exclusivamente medico y/o estudiante de medicina, y que cualquier persona mayor de 18 años con el secundario terminado puede serlo. Lo único obligatorio a efectuar es un taller de 4 meses donde se aprende lo teórico-práctico y después se realiza una “payantia” de 6 meses en hospitales para aprender el oficio. Esto le trae un recuerdo y comenta que su formación “paya” la realizó en el hospital Udaondo y que sus primeros dos años como paya los ejecuto en el hospital del quemado, en la cual la interacción con los pacientes resultaba más compleja, por las quemaduras de los internados. Pero resalta que los payas no van solo a sacar sonrisas sino que van a distraer a los pacientes. Tratando de sacarlos de ese mundo hospitalario que produce tanto miedo, pánico y estrés a las personas. Además menciona que la intervención “paya” consta de cuatro pasos, que antes de cambiarse para transformarse en clown, la referente , que puede ser cualquier persona del grupo, se encarga de ver la cantidad de pacientes internados que hay y si existe alguna restricción a la hora de la intervención, por alguna complejidad en la salud de los pacientes. Después hacen su tarea y al finalizarla se realiza una charla entre los payamédicos que conformaron la actividad y por último se realiza una cartografía, cada un mes aproximadamente, en la cual los payas descargan sus dudas o problemas que hayan tenido durante sus intervenciones para mejorar su función y para cuidar su cabeza "ya que a veces duele saber que alguien que visitaste muchas falleció”, dice Feler.
"Yo creo que todas las personas de una comunidad deberíamos pasar por un voluntariado" cuando Feler habla de voluntariado explica que " para pertenecer a una comunicad creo que todos deberíamos ser voluntarios [...] yo creo que un voluntariado va desde una persona que agarra un papel tirado en la calle y lo arroja a un tacho de basura hasta un bombero que salva persona" y en forma de chiste con una sonrisa exagera diciendo "yo no pido que todas los domingos por las mañanas vallamos a la iglesia y recemos solo pido que ayudemos a aquel que lo necesita". Por último al finalizar la entrevista Julián cita unas palabras que le salen del corazón: “para ser alguien en una comunidad se necesita ser voluntario con el otro y no dejar de serlo nunca en su vida”.
Payamédicos es una asociación civil sin fines de lucro fundado en el año 2002 por el Dr. José Pellucchi médico Psiquiatra, especialista en terapia intensiva, ecografísta, clown, actor, director de arte. Payamédicos tiene origen en el país, desde el año 1992 cuando José utilizó la experiencia del teatro como prevención de la salud y la traslado para sus pacientes, ya que es un médico profesional, de terapia intensiva de un sanatorio. Como resultado de sus prácticas se comprobó que los pacientes mejoraron su estado de ánimo que resuló muy importante para la recuperación de sus enfermedades, según los médicos. El objetivo principal de esta ONG es contribuir la salud emocional del paciente que se encuentra en estado de internación en un hospital.
"Empieza la fiesta paya", así es como Roque ,nombre de identidad paya de Feler, con una indumentaria conformada por una zapatillas de colores pintadas por él, un jogging verde que combina con su sombrero, una camisa amarilla que representa energía, el sol y su herramienta esencial la nariz roja queda vida al clown, describe la labor de su grupo paya esa tarde en el hospital, en la cual "platillo, platillo, redoblante, cascabel y pie" es el instrumento de la banda musical y "el baile del cosaco[...] y las 15 sonrisas ja, je ,ji ,jo ,ju" representan el vínculo generado entre paciente, payas y personal hospitalario. En el cierre de la intervención un paciente dice que "un 11 sobre 10 es la calificación de la alegría que produce la visita de los payamédicos, esta tarde".
Al dejar su nariz paya en el buenetín, Roque vuelve a ser Julián y cuenta qué el es payamédico gracias a sus dos grandes pasiones: la salud y el circo. Relata que desde los 11 años hace circo, actualmente tiene 23, y que si bien ahora lo dejó de lado, ya que hace dos años abandonó el circo Cúspide donde él trabajaba, siempre se da algún gustito de hacer una función con sus amigos del grupo “Quiero Vale cuatro”. Y gracias a la salud porque cuando el cursaba segundo año de psicología conoció por un e-mail, que le envió un amigo de él, a los payamédicos. Con lo cual siente que puede combinar sus dos grandes amores, además de ayudar a gente que lo necesita que es algo esencial para él en esta vida. Cuenta que gracias a payamédicos viajo a Perú, a la selva amazónica, a un congreso de clown organizado por Patch Adamas con quien trabajó unos proyectos en Perú. "Mi viaje a Perú fue un encuentro cultural de clown de todo el mundo y te dijo cultura por qué vas a conocer como se manejan en otros países y vas a conocer otras asociaciones por lo cual se produce un cambio cultural [...] Aparte de ir trabajar es un poco de formación ", describió Julián su experiencia en Perú y cuenta que en algún momento de su vida le gustaría ir a vivir ahí. Feler también detalla qué para ser payamédico no se necesita ser exclusivamente medico y/o estudiante de medicina, y que cualquier persona mayor de 18 años con el secundario terminado puede serlo. Lo único obligatorio a efectuar es un taller de 4 meses donde se aprende lo teórico-práctico y después se realiza una “payantia” de 6 meses en hospitales para aprender el oficio. Esto le trae un recuerdo y comenta que su formación “paya” la realizó en el hospital Udaondo y que sus primeros dos años como paya los ejecuto en el hospital del quemado, en la cual la interacción con los pacientes resultaba más compleja, por las quemaduras de los internados. Pero resalta que los payas no van solo a sacar sonrisas sino que van a distraer a los pacientes. Tratando de sacarlos de ese mundo hospitalario que produce tanto miedo, pánico y estrés a las personas. Además menciona que la intervención “paya” consta de cuatro pasos, que antes de cambiarse para transformarse en clown, la referente , que puede ser cualquier persona del grupo, se encarga de ver la cantidad de pacientes internados que hay y si existe alguna restricción a la hora de la intervención, por alguna complejidad en la salud de los pacientes. Después hacen su tarea y al finalizarla se realiza una charla entre los payamédicos que conformaron la actividad y por último se realiza una cartografía, cada un mes aproximadamente, en la cual los payas descargan sus dudas o problemas que hayan tenido durante sus intervenciones para mejorar su función y para cuidar su cabeza "ya que a veces duele saber que alguien que visitaste muchas falleció”, dice Feler.
"Yo creo que todas las personas de una comunidad deberíamos pasar por un voluntariado" cuando Feler habla de voluntariado explica que " para pertenecer a una comunicad creo que todos deberíamos ser voluntarios [...] yo creo que un voluntariado va desde una persona que agarra un papel tirado en la calle y lo arroja a un tacho de basura hasta un bombero que salva persona" y en forma de chiste con una sonrisa exagera diciendo "yo no pido que todas los domingos por las mañanas vallamos a la iglesia y recemos solo pido que ayudemos a aquel que lo necesita". Por último al finalizar la entrevista Julián cita unas palabras que le salen del corazón: “para ser alguien en una comunidad se necesita ser voluntario con el otro y no dejar de serlo nunca en su vida”.
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