viernes, 28 de junio de 2013

Un deseo cumplido

Joaquín Furriel, uno de los protagonistas de Final de partida, la clásica obra de Samuel Beckett,  habló muy amablemente en su camarín a pesar de que faltaban muy pocos minutos para su salida a escena.


Por Lautaro Veliz

El encuentro ocurrió en el teatro San Martín, aproximadamente media hora antes del comienzo de la obra Final de partida que protagoniza junto con Alfredo Alcón, Graciela Araujo y Roberto Castro. Mientras lo maquillaban para subir al escenario, el actor no dudó en aceptar el convite a pesar de las obvias urgencias. Habló sobre sus inicios como actor con apenas 13 años, y confesó: “yo era bastante indisciplinado. Me iba bien en el colegio, pero hacía un poco de lío, entonces le sugirieron a mis padres que si yo hacía algún taller, podía poner la creatividad que usaba para ese lío en una actividad diferente, y la verdad que fue así”.
También contó, mientras se cambiaba, que actuó en televisión, cine y teatro, y con gran humildad reveló: “no siento que porque haya protagonizado una obra de teatro, o haya tenido éxito en televisión, haya llegado a algún lado, nunca aspiré a eso”
Joaquín se siente muy a gusto con la obra que está protagonizando, y disfruta del éxito que está teniendo, a juzgar por el impacto de la obra en el público. Final de partida es un texto muy complejo de interpretar, y sin embargo, el actor siente que la gente se va muy contenta luego de cada función.
Además, se siente un privilegiado por el elenco que lo acompaña, y no se cansa de halagar a su director y compañero, Alfredo Alcón. Cuatro años atrás había trabajado con él en El rey Lear. “Cuando Alcón me dijo que sí, fue como un deseo cumplido” dijo con mucha satisfacción. ¿Cómo estás viviendo este momento político donde hay tanto debate, y los artistas están cada vez más comprometidos? ¿Tenés alguna posición tomada?
- Yo no tengo una posición tomada, me parece que el debate desde la masividad se achicó bastante, lamentablemente se debaten pocas cosas, y está todo muy polarizado, y eso achicó la posibilidad de abrirnos a nuevos debates. El proceso que está viviendo el país, desde que asumió Kirchner a esta parte es uno de los procesos más interesantes a nivel político, se han movido muchas cosas, muchos intereses.
Habló de los años 90’ y comparó a los jóvenes de esa época con los jóvenes de hoy.
“Los jóvenes están mucho más comprometidos y con más inquietudes políticas que en los 90’.”
También contó que votó a este gobierno, y afirmó: “Estoy de acuerdo con muchas cosas de este gobierno, y estoy en desacuerdo con muchas otras cosas, no me representa plenamente”
¿Cómo fue que llegaste a Final de partida?, ¿quién te lo propuso?
- Con Alfredo nos encontrábamos de vez en cuando a tomar café antes de nuestras funciones, él estaba haciendo Filosofía de vida y yo Lluvia constante, y él tenía un tiempo libre de 7 meses, y tenía ganas de dirigir algo y le dije que tenía muchas ganas de hacer “Final de partida”, yo sabía que él la había dirigido, y le pregunté si quería hacerlo de nuevo, y me dijo que si, pero que también tenía ganas de actuarla, y bueno, fue para mí un deseo cumplido.
Tras una charla muy amable, el tiempo se acabó y la obra debía comenzar, Joaquín comenzó a realizar sus ejercicios de fonación y se despidió.


Entre animales y películas

Walter Donado es adiestrador. Con su empresa prepara y provee animales para publicidades, programas de TV y películas. En una charla amena cuenta cómo pasó de trabajar con animales actores a ser un actor él mismo.

Por Walter Salvadeo



Sábado soleado en Villa Domínico. Al tocar el timbre de su casa, y para que no quede duda de que hay alguien esperando en la puerta, una cantidad considerable de ladridos se escucha desde el portón. Con porte que asustaría a más de uno y que no coincide con lo macanudo y buen tipo que es Walter, de 50 años, cuenta cómo comenzó  a trabajar con animales.
Al volver atrás en sus pensamientos para recordar cómo empezó, el tema de Malvinas no queda excluido, ya que estuvo en la guerra. Al preguntarle si le molesta recordar y hablar del tema dice: “No, para nada, es algo que dolió en su momento. Sufrí la perdida de amigos pero ya quedó en el pasado. Aunque no se puede negar que marcó un antes y un después en mi vida.”  Comenta que después de la Guerra de Malvinas, fueron momentos difíciles para los ex combatientes, recién en estos últimos años se observa un reconocimiento.
Donado trabajaba como cadete en una agencia de publicidad, ya que era dibujante publicitario. Un día escuchó que necesitaban para una publicidad a un perro que trajera el diario en la boca, se acercó a un creativo y le dijo: “yo tengo uno,  si me pagan el día de laburo, lo traigo”. Luego de mostrar una fotos del perro, le dijeron que sí. Cuando  fue a cobrar el mes notó que tenía, aparte del sueldo, la cantidad adicional de una quincena extra. A partir de ese momento se dio cuenta de que podría vivir de eso y creó su propia empresa Zoofilms: Animales de películas, en la cual se encargan de adiestramiento y preparación de animales para publicidades, fotos y películas. Esto le abrió muchas puertas, “trabajé en  muchos lugares de Argentina,  también en Uruguay, Chile, Colombia, Venezuela y México”, cuenta expresando un notable agradecimiento hacia los animales.
 A finales de la década del ´80, en el programa de Gerardo Sofovich, La noche del domingo donde  mostraba  distintas especies de animales, se hizo conocido. “En esa época, trabajar con Sofovich era como trabajar con Tinelli ahora”, recuerda. A partir de estar en sets de filmación con sus animales le surgió la posibilidad de actuar en películas. La primera fue Amazonas, un film filmado en Misiones con mujeres desnudas en una supuesta isla salvaje. Después participó en la Galería del terror de Enrique Carreras, con Alberto Olmedo, Beatriz Salomón y Susana Romero. En la película relanzamiento de Isabel Sarli, donde  Donado llevaba varios animales para algunas escenas, el director Jorge Polaco lo vio y lo convenció para que actuara. “En ese momento tenía unos cuantos kilos más que ahora, y se ve que mi aspecto le llamó la atención”, recuerda con una sonrisa. A pesar de que a él no le interesa vivir de la actuación, cuando le surge, disfruta de hacerlo. “Cuando voy de actor disfruto mucho más, tengo hotel o motor home y lo tomo como un descanso”, se sincera. En cambio cuando trabaja con animales es más complicado porque tiene  que ocuparse de ellos. Con el Director de Historias mínimas, Carlos Sorín, hizo su película más conocida, El perro, vendida a 19 países.
Acercándonos al final de la charla, comenta que se está por ir a una marcha en Quilmes, por el asesinato de  Matías Blanco, un joven que recibió un tiro en la cabeza cuando desde su auto le mandaba un mensaje a su novia diciéndole que estaba por llegar a su casa. El caso lo tocó de cerca por ser amigo de la familia de la chica. El tema de la inseguridad para él está siempre presente, porque hace unos cuatro o cinco años, secuestraron a su hija, “por suerte terminó todo bien, la inseguridad es algo latente, está y nos persigue, pero creo que no es culpa del gobierno o de alguien en particular, es algo más profundo”, reflexiona sobre el tema.
En la actualidad además de seguir con su empresa, tener proyectos con su actual mujer y acompañar a sus hijos, acaba de filmar una película en Salta, con Leonardo Sbaraglia, “es un pibe macanudo, la pesé re bien”, concluye teniendo en claro que disfrutará de los trabajos de actuación que se le presenten.
                                                                                                                        


“Tengo un estilo extremadamente propio en el humor y hay muchos que me tienen de referente”

En esta oportunidad José Luis Gioia, uno de los mejores cómicos de nuestro país y de Chile saca a la luz su cara más íntima y cuenta sus orígenes, sus sensaciones al ganar el Oscar con el secreto de sus ojos, opina sobre la importancia de las universidades nacionales y  sobre los grandes referentes del mundo de la comedia


Por Leonardo Acosta

En un intenso frío de una tarde de sábado, el reloj marcaba las siete de la tarde y el timbre suena en una casa de Colegiales. Avanzando hacia al living, se percibía desde ya la sencillez y la alegría de José, el moderno y alegre decorado se armonizaban haciéndole sentir a cualquiera confortable y en confianza. En la misma habitación se encontraba su esposa, una mujer rubia, coqueta y amable, sentada en la computadora mientras José bajaba el volumen de la tele para sentarse en una pequeña mesa de madera y comenzar la charla.
Con una sonrisa en el rostro comenzó a recordar su pasado en Mar del Plata en el cual estuvo hasta los 21 años, criado en el seno de una familia de clase media baja. Allí fue donde debutó con su carrera como humorista, la cual surgió tras que el mismo observara, desde muy pequeño, sus aptitudes en el humor que se hacían visibles en las reuniones, los asados y el colegio, que lo llevaron a dirigir, organizar y actuar en festivales. Como toda persona seguramente habrá pensado en seguir otra carrera, y este caso no es la excepción, ya que comenta que estuvo entre el canto y el humor.
Al llegar a Capital Federal y pisar el primer escenario porteño automáticamente surgieron miles de trabajos unos tras otros. Durante el desarrollo de su carrera decidió cambiarse su apellido original, Bellocq, por Gioia: “significa alegría en italiano, me lo puse para no usar mi apellido de la vida civil, porque está relacionado con algo muy íntimo mío. Gioia es un apellido de mi abuela materna, es más corto y pegadizo. Lo que uno busca es que lo llamen más por el apellido que por el nombre. En este ambiente se suele llamar a casi todos por el apellido”, comentó el humorista.
“Participar en una película que ganó un Óscar es un sueño cumplido”
Ya de por si participar en una película es un sueño, comenta José. Antes de participar en este film estaba muy alejado del cine ya que desde su participación con Olmedo y Porcel no participaba porque según el humorista: “Este país te encasilla mucho, Gioia es el que cuenta chistes y piensan que el cómico no es actor”. Siguiendo con el relato dice, algo molesto con la creencia popular, que el cómico tiene más de actor que cualquier tipo de actor porque tiene diez personajes al mismo tiempo y todo depende de uno mismo.
  Comentó que tras su participación en la película de Campanella le llegaron muchas ofertas para participar en películas y lo miran con ojo de actor.
“Es increíble como muchos personajes públicos se han vuelto de tal partido porque les conviene para hacer determinadas obras”
  A él la política nacional no le interesa, solo comenta que quiere un gobierno que ame a la patria y luche por el país y no por sí mismo. Luego dice un comentario muy llamativo: “No hablo mucho de política porque soy un personaje público, soy de todas las ideologías políticas, soy público.”
¿Qué opinas sobre las universidades que se crearon en el último tiempo tiempo denominadas “universidades del bicentenario”?
 Opina que como todo lo que sea cultura y sea a favor de la educación, está totalmente a favor ya que hace años que Argentina está muy poco desarrollado en esos ámbitos. Igualmente aclara que no está al tanto de la situación actual de la educación.
Escándalo en el festival Chileno. Bien es conocido el escándalo que José Gioia protagonizo en Chile cuando durante un monologo cómico el público comenzó a abuchearlo. Por lo que Gioia aclaró: Comenta que no es raro que te abucheen en Chile, aunque nunca en su vida le ha pasado algo así, “esto suele ser una especie de costumbre del festival en donde el termómetro es el cómico” dijo el cómico. Igualmente aclara: “Los que comenzaron con el abucheo fueron un grupito de personas que se les llama “galería” que son 2.000 personas, yo creo que se dio porque agradecí mucho tiempo antes de empezar con los chistes”. Sobre lo vivido contó que sufrió gran nerviosismo arriba del escenario por lo que adelanto su canción que tenía preparada para el final y se fue. “Allá ellos”, tiro el cómico.
 Por otra parte aclaró, que no volvería a ir al festival porque ya quedó marcado. Y se arrepiente de no haber previamente pasado por un par de canales de televisión para luego ir al festival ya que cree que eso le causo el rechazo del público.
Mito sobre la personalidad de  los cómicos. Gioia opina sobre el famoso mito de que los humoristas fuera de escena no tienen tanto humor: “Uno no puede subir a un escenario y transformarse y debajo del escenario ser “amargo” ”. Dice que si uno se dedica al humor tenes que tener humor.

¿Qué opinión tenes sobre Olmedo, Porcel y Francella con quienes tuviste la suerte de trabajar?
  De Olmedo dice que es lo mejor que ha conocido en su vida como persona y como artista. Nos comenta que tuvo la suerte de entrar en su círculo íntimo muy cerrado y que era muy amigo. “Lo personal opaca lo artístico, mira que como artista era un genio”, tiró Gioia.

  Porcel lo describe como alguien muy especial, no todo el mundo lo quería, aclara. Era muy divertido, “pero personalmente era jodido”, opinó el cómico.
  Sobre Francella dijo: “A veces el problema de la gente es que se ponen en divo, llegan a un nivel que se ponen medio raro, pero bueno tal vez yo tengo otra manera de ver las cosas”

Sueños por cumplir. A la hora de pensar este José no duda ni un segundo y dice que desea hacer una comedia musical, un drama y una comedia. Notándose claramente en su rostro su gran deseo por cumplir esos sueños. 
Sobre sus referentes artísticos, dijo que no tiene ninguno, ya que como bien dijo el, “Yo creo que tengo un estilo extremadamente propio en el humor y hay muchos que me tienen de referente y lo han reconocido y todo”.

Versátil, talentoso, y sin miedo a nada

Pasando por El Sombrerero Loco de Alicia en Frikiland, Adolfo Pirelli en Swenney Todd, Mustafá de Las Mil y Una Noches, y una travesti sensible pero un poco torpe en El Cabaret de los Hombres Perdidos,
Roberto Peloni, éste excelente actor de Lanús cuenta sobre su trayecto 
en el mundo del espectáculo como actor, director, e incluso adaptador de música para las obras en las que participa.

Por Natalia Saccone

Cuando Roberto Peloni sale del camarín al final de la noche, luego de otra exitosa función, el exagerado maquillaje, los zapatos con taco de quince centímetros, la peluca y el vestido rojo que caracterizan a su personaje ya no lo adornan. Con una sonrisa a pesar del cansancio, saluda a todos los que lo felicitan por su actuación y se saca fotos con los miembros del público que se acercan a él con ese propósito.
Cuando descubrió en segundo año del secundario su pasión por la actuación, Roberto jamás creyó que iba a llegar hasta donde está hoy. Tenía quince años cuando tomó su primera clase en la Escuela Municipal de Teatro de Lanús. "Me imaginaba que iba a ver caras dibujadas en un pizarrón. No tenía la menor idea, pero se ve que esa palabrita me hizo un eco," dice con una sonrisa soñadora.
Achaca su amor por lo artístico a su familia. En su casa se veía Gasalla y Atreverse; además, sus primos dibujaban, tenía un tío “caradura” y su padre escribía.
Lo que Roberto más disfruta de su profesión es compartir el escenario con gente a la que admira y aprender de sus compañeros. Hoy en día, por ejemplo, actúa codo a codo con Omar Calicchio, por quien siente una gran admiración y cariño. “Yo lo conozco desde hace mucho tiempo porque lo venía escuchando desde aquél CD de Drácula y lo vi en infinidad de obras y siempre me pareció un actorazo, un artista super-completo, personal. Tuve casi el milagro de conocerlo y de que me convocara para esta obra y de ver que todo eso que veía de él arriba del escenario, abajo se multiplicaba, porque es una persona inmensa,” comenta con orgullo.
Por otro lado, recorrió el país con Enrique Pinti y Pepe Cibrian y formó parte del elenco de Los Productores con Guillermo Francella.
Forma parte de un grupo llamado “Random Creativos”, con los que, en compañía de Ciudad Abierta, viajó por la Argentina por un mes en busca de artistas para la nueva obra que están organizando. Los que queden en el proyecto viajarán a Buenos Aires a presentar la obra por tres meses, además de aparecer en el programa de TV que mostrará las audiciones de los concursantes a partir del 25 de Junio. El proyecto nació del Centro Cultural San Martín y tiene el fin de integrar a los actores y actrices que por no vivir en ciudades grandes, como lo es la Capital Federal, no pueden acceder a estas posibilidades a diario.
Sus obras favoritas en las que participó son Swenney Todd, La Parka, y El Cabaret de los Hombres Perdidos. En ésta última, que explora el paso del hombre por las diversas etapas de la fama, tiene varios cambios de vestuario, así como de personaje, con lo que demuestra su gran versatilidad – puede pasar de ser una gran estrella que llora la pérdida de su fama  a ser una actriz porno llamada “Pipppi con tres Pé” (puta, promiscua y provinciana), en un santiamén. Puede hacernos llorar o reír con igual facilidad. No teme a jugar con sus personajes al punto tal de que parecen salir del escenario hasta tener vida propia, además de conquistar y atrapar al espectador.
Roberto disfruta mucho de la falta de la “cuarta pared” que caracteriza los musicales en general y a El Cabaret… en particular. “Es lindo, porque te da esa posibilidad de ir y venir, de salir y entrar, de ver que hay una totalidad, como una especie de 360 en el espectáculo. El público no está abajo y los actores arriba, sino que son todos lo mismo”, explica. Entre risas, comenta que se divierte interactuando con el público, mirándolos a los ojos e incomodándolos. Las comedias musicales permiten esto principalmente en las canciones de un sólo personaje con el público, vestigios de los antiguos soliloquios, pero El Cabaret…, por su forma – como indica su nombre – de cabaret, permite mucha más interacción con el público que otras obras con números musicales.
Su participación en esta obra requiere mucho esfuerzo tanto por su transformación (maquillaje, peluca, estar en tacos toda la obra, actitud corporal) como por la rapidez con la que tiene que dejar un personaje y pasar a otro. Aun así, le es muy placentero el desafío vocal y actoral. Le resulta gratificante la dinámica en general, aunque la obra en sí sea muy comprometida. “Hay que tener el humor,” explica.
Éste gran profesional no sólo es actor, sino que además es director (Grave, Monos con Navaja), adapta obras y piezas musicales al castellano (El Cabaret…, Grave), y es profesor en el Teatro Carlos Gardel de Lanús y en la de Reina Reech tras años de enseñar en la Escuela de Comedia Musical Julio Bocca-Ricky Pashkus.
Roberto está todos los lunes en el Teatro Molliere con El Cabaret de los Hombres Perdidos a las 20:30 y con Objetos Maravillosos los sábados y domingos a las 17 en La Comedia.

Solidaridad, alegría y voluntad

Julián Feler, payamédico de vocación, cuenta sus experiencias vividas en esta actividad que ayuda a cientos de personas en un hospital. Además habla de lo muy importante que son los valores.

Por Nicolás Cáseres

Tres de la tarde de un día lunes. Un grupo de personas se juntan en la puerta del hospital Dr. José Ramos Mejía, ubicado en el barrio de Balvanera, ciudad de Buenos Aires. Se saludan, abrazan, cuentan anécdotas y esperan que la referente del día guarde su bicicleta en el estacionamiento. Julián Feler, payamédico desde hace 4 años, hace un año que realiza su actividad en “el Ramos”, les cuenta a sus compañeros lo muy difícil que resultó conseguir su nueva vestimenta, ya que la anterior se la han robado en la ciudad de La Plata hace pocos meses. Con sus mochilas muy pesadas llegan a un cuarto donde se cambiaran y se transforman en clown. "Con el payaso sacas tu personalidad de cuando eras chiquito y no pierdes tu niño interior", así es como Julián define la técnica teatral que utilizan los payamédicos para brindar un segundo de distracción, que  hace feliz a las personas que se encuentran dentro de un hospital.
Payamédicos es una asociación civil sin fines de lucro fundado en el año 2002 por el Dr. José Pellucchi médico Psiquiatra, especialista en terapia intensiva, ecografísta, clown, actor, director de arte. Payamédicos tiene origen en el país, desde el año 1992 cuando José utilizó la experiencia del teatro como prevención de la salud y la traslado para sus pacientes, ya que es un médico profesional, de terapia intensiva de un sanatorio. Como resultado de sus prácticas se comprobó que los pacientes mejoraron su estado de ánimo que resuló muy importante para la recuperación de sus enfermedades, según los médicos. El objetivo principal de esta ONG es contribuir la salud emocional del paciente que se encuentra en estado de internación en un hospital.
"Empieza la fiesta paya", así es como Roque ,nombre de identidad paya de Feler, con una indumentaria conformada por una zapatillas de colores pintadas por él, un jogging verde que combina con su sombrero, una camisa amarilla que representa energía, el sol y su herramienta esencial la nariz roja queda vida al clown, describe la labor de su grupo paya esa tarde en el hospital, en la cual "platillo, platillo, redoblante, cascabel y pie" es el instrumento de la banda musical y "el baile del cosaco[...] y las 15 sonrisas ja, je ,ji ,jo ,ju" representan el vínculo generado entre paciente, payas y personal hospitalario. En el cierre de la intervención un paciente dice que "un 11 sobre 10 es la calificación de la alegría que produce la visita de los payamédicos, esta tarde".
Al dejar su nariz paya en el buenetín, Roque vuelve a ser Julián y cuenta qué el es payamédico gracias a sus dos grandes pasiones: la salud y el circo. Relata que desde los 11 años hace circo, actualmente tiene 23, y que si bien ahora lo dejó de lado, ya que hace dos años abandonó el circo Cúspide donde él trabajaba, siempre se da algún gustito de hacer una función con sus amigos del grupo “Quiero Vale cuatro”. Y gracias a la salud porque cuando el cursaba segundo año de psicología conoció por un e-mail, que le envió un amigo de él, a los payamédicos. Con lo cual siente que puede combinar sus dos grandes amores, además de ayudar a gente que lo necesita que es algo esencial para él en esta vida. Cuenta que gracias a payamédicos viajo a Perú, a la selva amazónica, a un congreso de clown organizado por Patch Adamas con quien trabajó unos proyectos en Perú. "Mi viaje a Perú fue un encuentro cultural de clown de todo el mundo y te dijo cultura por qué vas a conocer como se manejan en otros países y vas a conocer otras asociaciones por lo cual se produce un cambio cultural [...] Aparte de ir trabajar es un poco de formación ", describió Julián su experiencia en Perú y cuenta que en algún momento de su vida le gustaría ir a vivir ahí. Feler también detalla qué para ser payamédico no se necesita ser exclusivamente medico y/o estudiante de medicina, y que cualquier persona mayor de 18 años con el secundario terminado puede serlo. Lo único obligatorio a efectuar es un taller de 4 meses donde se aprende lo teórico-práctico y después se realiza una “payantia” de 6 meses en hospitales para aprender el oficio. Esto le trae un recuerdo y comenta que su formación “paya” la realizó en el hospital Udaondo y que sus primeros dos años como paya los ejecuto en el hospital del quemado, en la cual la interacción con los pacientes resultaba más compleja, por las quemaduras de los internados. Pero resalta que los payas no van solo a sacar sonrisas sino que van a distraer a los pacientes. Tratando de sacarlos de ese mundo hospitalario que produce tanto miedo, pánico y estrés a las personas. Además menciona que la intervención “paya” consta de cuatro pasos, que antes de cambiarse para transformarse en clown, la referente , que puede ser cualquier persona del grupo, se encarga de ver la cantidad de pacientes internados que hay y si existe alguna restricción a la hora de la intervención, por alguna complejidad en la salud de los pacientes. Después hacen su tarea y al finalizarla se realiza una charla entre los payamédicos que conformaron la actividad y por último se realiza una cartografía, cada un mes aproximadamente, en la cual los payas descargan sus dudas o problemas que hayan tenido durante sus intervenciones para mejorar su función y para cuidar su cabeza "ya que a veces duele saber que alguien que visitaste muchas falleció”, dice Feler.
"Yo creo que todas las personas de una comunidad deberíamos pasar por un voluntariado" cuando Feler habla de voluntariado explica que " para pertenecer a una comunicad creo que todos deberíamos ser voluntarios [...] yo creo que un voluntariado va desde una persona que agarra un papel tirado en la calle y lo arroja a un tacho de basura hasta un bombero que salva persona" y en forma de chiste con una sonrisa exagera diciendo "yo no pido que todas los domingos por las mañanas vallamos a la iglesia y recemos solo pido que ayudemos a aquel que lo necesita". Por último al finalizar la entrevista Julián cita unas palabras que le salen del corazón: “para ser alguien en una comunidad se necesita ser voluntario con el otro y no dejar de serlo nunca en su vida”.